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Seguro que alguna vez te has preguntado, ¿Cómo se vestirán las diseñadoras de vestidos de novia el día de su boda?, pues hoy te traigo a cuatro de ellas: Claudia Llagostera, Inés Martín Alcalde, su hermana Lucía Martín Alcalde y Alejandra Valero. Todas ellas conocidas y admiradas en todo el país por sus diseños nupciales.

CLAUDIA LLAGOSTERA

La primera diseñadora es Claudia Llagostera, una joven apasionada del mundo de la moda que se ha hecho un hueco entre las diseñadoras más conocidas e importantes de nuestro país. Estudió diseño de moda en IED Madrid y tras trabajar en algunas firmas decidió lanzarse a crear la suya propia, primero, en nada relacionado con el sector nupcial. Finalmente, después de que una novia confiara en ella a ciegas, decidió abrir su propia firma de vestidos de novia a medida e invitadas.

Hablando de su boda, el vestido de novia de Claudia estaba hecho a partir de una colcha antigua bordada a mano con cintas de algodón. La compró para una clienta hace tiempo y no le gustó, así que decidió utilizarla para el suyo. Debajo, la novia llevaba dos piezas: un vestido hecho en gasa de seda lleno de detalles de nidos de abeja y vainicas; y otro lencero de satén.

Claudia se preparó con Rebecca Martín, quien le maquilló y peinó de manera muy natural y desenfadada, acorde con el estilo de la boda.

En cuanto a los zapatos, la novia llevó las sandalias Bianca, diseñadas en honor a la boda de Bianca Jagger, de Saint Laurent.

Las fotografías son de Dosmasenlamesa.

La ceremonia civil fue en la playa de Valdevaqueros, en Tarifa, tras la cual siguió la celebración en el chiringuito Tumbao. No organizan bodas, pero les dejaron hacer su sueño realidad. Como curiosidad, Claudia tiene las coordenadas del sitio tatuadas en el brazo desde hace años.

INÉS MARTÍN ALCALDE

Con tan solo 3.000 euros de capital y siendo su salón de casa su campamento base, Inés Martín Alcalde comenzó su andadura en el mundo nupcial. Gracias a Instagram, sus diseños crecieron a gran velocidad. Crea diseños a medida, cuidando cada detalle y dispone también de una línea prêt à porter.

Cuenta además con la firma Inés Martín Alcalde Colecction donde hacen diseños para invitadas. Ahora la firma ha dado un giro a su taller y ha añadido piezas especiales, aptas para llevar en el día a día, donde destacan las camisas y las americanas.

Fue ella la que diseñó su vestido de novia y se decidió por hacer lo que más le divertía: una bomber de encaje y un vestido de corte clásico de cuello en pico. Bajo la falda del vestido llevaba una enagua con sus ya famosos encajes, que no podían faltar. Los zapatos fueron unos salones con tiras de Valentino en azul cielo. Del maquillaje se encargó Bajobé.

La joyería Suárez diseñó para Inés dos piezas especiales inspiradas en la colección Orion: un collar y un broche de oro rosa con motivos en diamantes.

La ceremonia se celebró en El Santuario de Nuestra Señora de Valverde en Montecarmelo, Madrid, decorado con flores de Elena Suárez, de quien también era el ramo de cortadera, enorme y muy original.

Después de la ceremonia, todos los invitados se trasladaron a la finca El Campillo, donde se celebró un cóctel al aire libre aprovechando el buen tiempo que hizo a pesar de ser finales de octubre.

LUCÍA MARTÍN ALCALDE

Lucía trabaja con su hermana Inés en la firma de invitadas Inés Martín Alcalde Collection. Fue su hermana Inés quien diseñó su vestido de novia. Lucía quería vestirse de novia pero con un toque de su estilo personal, sin dejar de sentirse ella misma. Al final, y después de darle muchas vueltas, consiguieron el diseño perfecto: un traje camisero de organza con bordados de espigas hechos a mano y tres capas de sus tejidos favoritos: organza, bámbula y satén.

Sus zapatos eran de Saint Laurent con la puntera en azul marino y formaban parte de su fondo de armario desde antes de estar prometida.

Para el maquillaje, Lucía contó con José Belmonte de NARS quien le marcó los pómulos de manera sutil y le puso en los ojos tonos tierra. Mónica de Cool se encargó del peinado de la novia.

Las joyas eran de Ansorena de estilo art déco: una gargantilla antigua y unos pendientes de ónix y diamantes alucinantes.

Del ramo se encargó Elena Suárez, quien le dio protagonismo al olivo ya que al novio le encantan, para darle un poco de color, incluyeron flores en tonos granates.

La ceremonia religiosa tuvo lugar en la Iglesia Espíritu Santo de Serrano y de su decoración también se encargó Elena Suárez adornándola con un estilo silvestre.

Se trasladaron al Soto de Mozanaque para continuar la celebración, cuya decoración había sido encargada también a Elena Suarez junto con Eva Iglesias de Bodas Colorín.

Para terminar, Lucía se cambió de vestido por uno de la nueva colección de novias prêt-à-porter de su hermana Inés Martín Alcalde, un diseño en crepe con manga larga.

Las fotos son de Plata.forma.

ALEJANDRA VALERO

Alejandra Valero estudió Diseño de Moda en IEDE y Saint Martins. Tras ello, trabajó en el departamento de Diseño de LOEWE y ha diseñado para INDITEX y para INTROPIA, llegando a ser la Directora Creativa de INTROPIA ATELIER.

Desde 2013 tiene su propio estudio en Madrid fundado junto a su socia y Madre, quien tiene también una gran trayectoria en el mundo de la moda. Se centran principalmente en la creación de vestidos de novia totalmente personalizados, encargos especiales y una colección de edición limitada para novias. Su gran debut para su firma Alejandra Valero fue diseñar su propio vestido de novia.

Todos los elementos del vestido eran una recopilación de piezas únicas, encontradas en viajes de inspiración en París, Londres o Nueva York. La pieza principal del vestido era de una capa de los años 20 que transformó y adaptó dando forma a la cola, a las mangas y a los canesúes delanteros y traseros. Los botones los encontró en un mercadillo de Nueva York y todo el vestido iba forrado con un impresionante plumeti de seda dorado, que encontró en París. El casquete de la cabeza era una pieza de los años 20 que encontró en Nueva York y que  Carmen María Mayz bordó con “destellos de luz”.

Del maquillaje y peluquería se ocupó Gabriel Llano mientras que el ramo fue de María Bosser de Los Peñotes.

Las fotos son de Retratos de un Instante.

Eligieron la iglesia de Santo Tomás de Canterbury, porque tenía un encanto especial. La decoraron ellos junto a la madre de Alejandra, quien colaboró con todos los detalles de la boda, llenándola de árboles de Los Peñotes y transladando una moqueta gris preciosa. Todo el mobiliario del altar, el puf de los niños, los asientos de los padrinos y del sacerdote, los manteles para cubrir los altares… eran de la casa de la novia.

La cena se sirvió en una finca cerca de la Granja de San Ildefonso. Toda la decoración giraba en torno a las estrellas, que durante un año, recopilaron, cada una de ellas de diferentes partes del mundo.

Como habéis visto las cuatro se han casado con estilos muy diferentes y siendo fieles a sí mismas, algo que es difícil viendo cada día la cantidad de inspiración sobre bodas a la que están expuestas por su trabajo.