Carmen y Alfonso se casaron el pasado 31 de julio en Denia. Tenían claro que querían una boda de tarde cerca de Jávea, el lugar de veraneo de la novia, sin embargo, a causa del covid tuvieron que mover la celebración al día, además de reducir el número de invitados.
La novia lució un diseño de Helena Mareque de dos piezas de guipur en blanco roto y una cola del mismo tejido. Todo ello combinado con una Pamela de paja natural forrada con el mismo guipur y un velo que llevó durante la ceremonia.
Como accesorios, eligió unas sandalias de Salo Madrid que le regalaron sus amigas, un ramo de rosas blancas de Flores la Tartana y unas joyas de su madre y su abuela.
Centrándonos en las joyas, utilizó dos broches con forma de mosca que heredó de su abuela materna y que usó para cerrar el cuerpo que llevó encima del vestido. Como pendientes, unas perlas de su madre y como sortijas, un solitario que le regalaron sus suegros y la alianza de brillantes con la que Alfonso le pidió matrimonio.
Del maquillaje y del peinado se encargó Mireia Costa.
Alfonso lució un traje en azul marino combinado con un chaleco en blanco roto de CF Sastrería. Los zapatos de Crockett and Jons, corbata en tonos azules de Lester, tirantes de Scalpers y gemelos de Loewe.
Se casaron en la Ermita de Jesús Pobre, en Denia, que, como dato curioso, Alfonso reservó antes de pedirle matrimonio.
Tras la ceremonia, se dirigieron en un coche clásico al lugar del convite, Casa Santoja. Eligieron sillas de bambú y manteles y bajoplatos de La Guinda de tu Fiesta, combinados con centros de mesa hechos con frutas. De la comida se encargó Catering Cinco.
Abrieron el baile con Kisko Espinosa y la fiesta estuvo a cargo de Cenval Music.
Para la fiesta la novia eligió un vestido mini de Helena Mareque, con mangas abullonadas y escote cuadrado en la espalda, combinado con unas alpargatas de Castañer.
El equipo de Foto Lequip se encargó de las fotos.